El poder transformador de las pequeñas cosas

«Gente simple, haciendo cosas pequeñas, en lugares poco importantes, consiguen cambios extraordinarios».

 Este proverbio africano describe perfectamente las acciones desarrolladas por el Sector de Arte-Educación de la Fraternidad – MisionesHumanitarias Internacionales (FMHI) con niños y jóvenes de la Casa de la Infancia Santa Isabel en Luanda, Angola.

Con creatividad, cartones, tapitas de botellas y trozos de madera se transformaron en coloridos mandalas.

Raspando la superficie de una hoja de papel negro, mediante la técnica del esgrafiado, poco a poco surgió un mundo de colores y formas que estaban ocultos y revelaron bellas y lúdicas obras de arte.

Esta técnica, utilizada por los servidores de la Fraternidad- Misiones Humanitarias (FMHI), involucró a 35 niños y motivó a los participantes a probar nuevas ideas. «El trabajo conjunto fue una maravillosa sorpresa porque con esta técnica podemos ver que los colores que están presentes como base en la capa más profunda pueden contar una nueva y colorida historia», informan David y la Madre Teresa, coordinadores de la actividad.

Aprender jugando

Así, reciclando materiales y con mucha imaginación, objetos simples adquirieron nuevos colores y formas y, jugando, los niños y jóvenes pudieron desarrollar su motricidad fina, agudizar su concentración, la paciencia y la creatividad.

Jugar y aprender van de la mano y dan a los niños y adolescentes la oportunidad de ver el mundo de otra manera, un mundo en el que todo puede transformarse.

Sobre las estrategias de intervención pedagógica que se están utilizando con los niños y adolescentes de la Casa Santa Isabel, David explica que «una estrategia para descubrir las necesidades y saber cómo abordarlas es a través del juego, porque a través del juego podemos ver muchas cosas, como la forma en que interactúan, o cómo es su cultura, que es muy diferente a la nuestra».

El servidor humanitario señala que: «observando las dinámicas que tienen, podemos elaborar un plan de acercamiento para reforzar los puntos fuertes y crearlos donde no existen. A través del juego se generan circunstancias fáciles y sencillas que nos permiten reflexionar y aprender; es mucho más fácil asimilar si estamos haciendo algo que nos gusta, y estos conocimientos, cuando los recordamos, permanecen grabados».

Talleres de mandalas – lo viejo da paso a lo nuevo

A los talleres de mandalas en yeso asistieron 31 niños y adolescentes, de edades comprendidas entre los 6 y los 17 años. Además de proporcionar alegría y sorpresa a los nuevos artistas, las piezas producidas se convirtieron en regalos para los profesores y en adornos que engalanarán las paredes de la Institución.

«Fue maravilloso ver las figuras de mandalas que los niños seleccionaron y lo sorprendidos que estaban al ver que de yeso podían salir hermosas piezas de arte», expresan los servidores David y Raquel, que coordinaron la acción.

En el taller de mandalas titulado Nuevas estrellas, cartones, tapitas de botellas, hilos y trozos de madera se transformaron en coloridos mandalas en manos de los 20 niños que participaron de la actividad.

Para los servidores humanitarios David y Raquel, esta experiencia fue un éxito porque, además de desarrollar diversas habilidades de los participantes de la Casa de la Infancia Santa Isabel, posibilitó la «creación de nuevas formas a partir de las antiguas».

La Educación Artística, a través del uso de materiales simples y accesibles, rescata el potencial creativo humano, estimula y posibilita la transformación y la reestructuración de las emociones internas. A través del juego y la experimentación, se abren nuevas percepciones y ayuda a ver la vida y el mundo de una manera diferente, donde todo se puede transformar.