La Fraternidad – Misiones Humanitarias Internacionales (FMHI) envió a Turquía, del 21 de marzo al 6 de mayo, un equipo de voluntarios humanitarios formado por Martín, Imer, Flora, Francisco, Ricardo Baumgartner, Aajhmaná, María Izrael y Alejando, que unieron sus fuerzas a las organizaciones locales que prestan asistencia a las víctimas del terremoto ocurrido en febrero.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se estima que 1,5 millones de personas han quedado sin hogar. Más de 160 000 edificios con 520 000 viviendas se derrumbaron o resultaron gravemente dañados por los temblores que sacudieron 11 provincias del país.
La mayoría de los afectados viven en carpas o contenedores organizados en campamentos distribuidos por toda la región. La respuesta humanitaria aún está en fase de emergencia, centrada en paliar las pérdidas sufridas por miles de personas.
Según los servidores humanitarios, «el estado de alerta sigue siendo perceptible debido a la posibilidad de nuevos temblores sísmicos que podrían empeorar la situación actual.
El gobierno del país está respondiendo a las diversas necesidades de la población a través de la Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD) y está llevando a cabo la distribución de agua potable, alimentos, kits de higiene personal, ropa personal y de cama, tiendas de campaña y contenedores.
«Hemos estado en varios lugares y pudimos ver ciudades enteras totalmente destruidas y que prácticamente caen al suelo, sólo para ser reconstruidas después. Por un lado, vemos una destrucción total, pero por otro, vemos un movimiento de solidaridad muy intenso», afirma Ricardo Baumgartner.
Diagnóstico
El equipo de la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) se desplazó desde Ankara, capital de Turquía, hasta la zona sur de la provincia de Hatay, una de las más afectadas, en un viaje de reconocimiento y diagnóstico de la realidad local.
Durante ese itinerario, el equipo se reunió con residentes locales y representantes institucionales y pudo observar las enormes pérdidas sufridas en la ciudad de Antioquía y otras pequeñas poblaciones cercanas a la frontera con Siria.
A partir de las evaluaciones y diálogos, el equipo se preparó para apoyar y ayudar en lo que los representantes de las comunidades visitadas indicaron como prioritario.
«Como es costumbre de la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI), siempre buscamos sumar esfuerzos con otras organizaciones que ya están operando, para que podamos entender mejor el contexto y nos unimos a estas organizaciones y, de esta manera, podemos llegar a las personas que más lo necesitan», explica la servidora humanitaria Aajhmaná.
Ejercicios preparatorios
El entrenamiento del personal y la práctica de ejercicios preventivos con la comunidad son de vital importancia para reducir los riesgos y evitar pérdidas. La gente debe saber qué hacer en una situación de emergencia.
En las sesiones desarrolladas por el equipo de la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI), se ejercitaron acciones preventivas relacionadas con situaciones de catástrofe, como prevención de accidentes, posturas y actitudes de protección, simulacros de evacuación, talleres sobre la utilidad de diversos nudos en situaciones de emergencia y otras informaciones relevantes para el contexto.
«La experiencia previa, la formación específica y el trabajo sobre el terreno forman parte del acervo de competencias del equipo para responder en la fase de recuperación tras una catástrofe», explica Imer.
Logística Humanitaria
En situaciones de catástrofes naturales como huracanes, inundaciones, terremotos, tsunamis o atentados terroristas y emergencias humanitarias más complejas, la Logística Humanitaria es esencial para garantizar que los suministros lleguen a su destino correcta y oportunamente.
Dentro de la cadena de asistencia, la Logística Humanitaria tiene que operativizar la respuesta con prontitud y atender al mayor número de personas, evitar desabastecimientos y desperdicios, organizar las distintas donaciones que se reciben y, sobre todo, actuar dentro de los límites presupuestarios.
«La Logística Humanitaria permite gestionar las necesidades materiales que surgen en crisis humanitarias, emergencias y catástrofes, para que los recursos se utilicen bien y lleguen a las personas de forma adecuada y a tiempo, de acuerdo con la Norma Humanitaria Esencial del Proyecto Esfera», valora Imer.
Dentro de este ámbito de respuesta humanitaria en Turquía, el equipo de la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) fue invitado a colaborar en el Centro de Coordinación de Hatay, que concentra las operaciones de AFAD, responsable de la respuesta a las víctimas del terremoto.
Así, el equipo trabajó en la organización y estructuración de los almacenes que reciben las donaciones de alimentos y productos de nutrición, kits de cocina, agua mineral, ropa de cama, Equipos de Protección Individual (EPI) y ropa y calzado que llegan desde diversos puntos de Turquía y otros países.
Muchos camiones llegan diariamente a estos espacios para transportar suministros a otras ciudades y centros de distribución; algunas personas y familias también acuden allí para recoger artículos de primera necesidad.
Imer evalúa que «el apoyo del equipo fue crucial para el éxito de la acción, debido a la experiencia adquirida en misiones desarrolladas por la Fraternidad- Misiones Humanitarias (FMHI) en Roraima, frontera de Brasil con Venezuela, Uruguay, Chile, Etiopía y Grecia«.
Educación en situaciones de emergencia
Lamentablemente, las adversidades inherentes a las catástrofes naturales amenazan el desarrollo saludable y pueden alterar permanentemente la vida de niños y jóvenes, trayendo como consecuencia malos resultados de aprendizaje e inestabilidades emocionales y cognitivas.
Uno de los principales temas de debate en la sociedad turca es el futuro de los niños y jóvenes afectados por el terremoto. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el número de niños afectados asciende a 5 millones.
Los derechos de los niños y de los jóvenes no quedan en suspenso durante una situación de emergencia, y esto incluye también el derecho a la educación. Una educación de calidad protege el desarrollo y favorece el bienestar psicosocial. En tiempos de crisis, la educación ofrece a los niños y jóvenes un sentido de esperanza y garantiza la protección física, psicosocial y cognitiva que puede sostener y salvar vidas.
Los servidores humanitarios de la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI), a través del Sector de Intervención de Educación en Emergencias y Respuestas Humanitarias, desarrollaron varias actividades de arte-educación durante sus visitas a algunos refugios.
Arte-educación en los refugios
En las dos visitas realizadas al albergue Narlica-1 Cardirkenti, que alberga a unas 1500 personas, de las cuales 560 son niños, se desarrollaron actividades lúdicas con los niños cuyas escuelas fueron destruidas por el terremoto y se visitaron a algunas familias, con las que se pudieron llevar a cabo una escucha activa y un diálogo fraterno.
Gestionado por AFAD, este refugio, que se encuentra en la ciudad de Antakya (antigua Antioquía), cuenta con una estructura organizada, con tiendas de campaña, baños, espacios para los niños, una gran tienda comunitaria central para usos múltiples, calles de hormigón, seguridad, agua potable, asistencia sanitaria, mezquita para prácticas religiosas y otros servicios.
En la ciudad de Samandag, a 25 km de la frontera siria, apoyaron las acciones desarrolladas por un grupo de profesores voluntarios que se organizaron para abrir una escuela alternativa, haciendo posible que los niños y jóvenes cuyas escuelas fueron destruidas por el terremoto pudieran continuar sus estudios.
Con la ayuda de los profesores, desarrollaron diversas dinámicas de ritmo, coordinación y movimiento, así como un taller de cuerdas y nudos para aplicar en situaciones de emergencia con los niños y adolescentes.
Ricardo Baumgartner elogió el trabajo realizado por este grupo de maestros que tomaron la iniciativa de seguir enseñando a los niños y jóvenes para que el impacto del sismo no los afecte psicológicamente.
Día del Niño
La Fraternidad-Misiones Humanitarias (FMHI) apoyó a la Fundación Füsun Sayek y al municipio local en la organización de una fiesta para celebrar el Día del Niño, que se celebra en Turquía el 23 de abril.
El acto tuvo lugar en un espacio abierto de la ciudad de Arsuz y contó con la asistencia de las autoridades locales y la participación de numerosas familias, que disfrutaron con sus hijos de las actividades propuestas.
El equipo de la Misión Turquía colaboró en la organización del espacio, que contó con un escenario para actuaciones musicales y carpas para actividades lúdicas, así como en la distribución de globos, juguetes y caramelos.
El grupo de la Misión realizó diversas dinámicas de integración entre niños, jóvenes y adultos a través de la música, el baile y los juegos. Al final del evento, el equipo de la Fraternidad- Misiones Humanitarias (FMHI) colaboró con los organizadores del evento en el desmantelamiento de las estructuras y en la armonización de los espacios.
Cuidado de los animales
En tragedias como la de Turquía, los animales se encuentran en un estado de extrema vulnerabilidad y también necesitan ser rescatados, tratados y destinados a lugares adecuados. Además de ser un gesto de amor, el cuidado de los animales repercute directamente en la salud pública y requiere medidas de control y prevención de brotes de enfermedades.
En medio de todos los desafíos vividos, un grupo de veterinarios se organizó voluntariamente para abrir un espacio de atención a los animales domésticos rescatados de los edificios que se derrumbaron.
Este espacio está situado en el Parque Ataturk, cedido por el gobierno de la ciudad de Hatay, y allí el personal de la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) se unió a estos voluntarios, contribuyendo a ordenar el stock de reservas de medicamentos y suministros, en la reparación de la valla y la fontanería, en la limpieza general y también para sacar a pasear a los perros.
Estos veterinarios también perdieron sus casas y clínicas y, en algunos casos, sufrieron la pérdida de familiares o quedaron sepultados el primer día hasta que fueron rescatados. Aún dentro de este panorama, decidieron organizar este espacio asistencial.
«Estas personas han sufrido mucho, lo han perdido todo, de hecho; y, sin embargo, están comprometidas, disponibles y dispuestas a atender otras necesidades. Incluso en tiendas de campaña, han montado un espacio para atender a los animales afectados por el terremoto, dolidos y afligidos. Con mucha alegría -con dolor, pero con mucha alegría- están ahí todos los días, colaborando para que más vidas puedan ser salvadas, rescatadas», dice emocionada Aajhmaná.
Relaciones institucionales
A lo largo de los años de trabajo en respuesta a crisis y situaciones de emergencia, la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) ha desarrollado sus actividades siempre basándose en la cooperación, construyendo y fortaleciendo vínculos y alianzas entre organizaciones nacionales e internacionales, gubernamentales y no gubernamentales, con valores y objetivos transversales.
Durante la acción en Turquía no fue diferente. Los servidores humanitarios mantuvieron una reunión de presentación de la Misión Turquía Humanitaria en la Embajada de Brasil y con el jefe del Departamento de Emergencias para Desastres Naturales de Ankara, para profundizar en la información oficial y evaluar las acciones conjuntas.
El equipo directivo de la Misión se reunió con representantes del gobierno local de la provincia de Hatay y con el jefe de la iglesia cristiana ortodoxa de la región. También visitaron al representante de las Naciones Unidas del Centro de Coordinación de Operaciones sobre el Terreno (OSOCC), situado en el estadio de Hatay, desde donde se organizan y coordinan las acciones de las ONG humanitarias y las agencias de la ONU.
Las estrategias de la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) incluyen también la acción conjunta con las poblaciones afectadas, buscando soluciones integrales y acciones complementarias, para que la respuesta social y humanitaria pueda hacer frente al ritmo inusitado de las emergencias con eficiencia, humanidad, el respeto de los derechos humanos y los deberes implícitos en la integración social.
Para ello contaron con el apoyo de habitantes de la zona que se ofrecieron voluntariamente para dar a conocer la región, intérpretes voluntarios y asociaciones de servicio a la población y a los animales. El grupo también conoció a familias turcas y a muchas familias sirias que, obligadas a abandonar su país a causa de la guerra, han sufrido un nuevo revés causado por el terremoto.
Superando la barrera del idioma, los servidores humanitarios pudieron establecer comunicación tanto con turcos como con sirios.
También como parte de su trabajo, realizaron una escucha activa con los veterinarios y voluntarios, para aliviar la carga recibida como consecuencia de la catástrofe.
Fundación Füsun Sayek
La Fundación Füsun Sayek se creó hace 40 años y, pese a la destrucción de su sede por el terremoto, sigue desarrollando sus actividades en un local adaptado.
La Fundación trabaja con la salud, la educación y el desarrollo, sirviendo tanto a la comunidad de la ciudad de Arsuz, donde está ubicada, como a las ciudades de la región, proporcionando dos comidas al día, cestas de alimentos básicos, agua potable y kits de higiene personal.
En un espíritu de cooperación y afinidad de principios, la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) y la Fundación Füsun Sayek se han unido en acciones altruistas en favor de los afectados.
Los servidores humanitarios apoyaron a la Fundación en diversas tareas como: organizar depósitos de donativos, cargar los donativos a la ciudad de Samandäg y armar 518 kits con libros, dulces, juguetes y ropa para bebés y niños. Pelaron 100 kg de cebollas para preparar las comidas gratuitas que se distribuyen cada día a los habitantes de la ciudad y ayudaron en la mudanza del lugar donde se instalaron temporalmente.
En el desempeño diario de estas tareas, el equipo tuvo la oportunidad de conocer mejor a este grupo de personas que, a pesar de las profundas pérdidas, siguen centradas en servir solidariamente a los demás. Con resiliencia y determinación reconstruyen sus vidas con ejemplos de fraternidad.
Una cálida despedida
Tras casi dos meses en Turquía, el equipo de trabajadores humanitarios lleva en el corazón las lecciones aprendidas: resiliencia, solidaridad y fraternidad.
Sirvieron con determinación. Contribuyeron allí donde fueron solicitados.
Y, en un ambiente de confraternización con los trabajadores locales, el personal militar de las fuerzas armadas y las autoridades del Centro de Coordinación de Hatay, el equipo de la Misión Humanitaria de Turquía se despidió con un sincero agradecimiento y fue invitado a volver para continuar el trabajo realizado, que, según los propios empleados, fue de gran valor para una mejor gestión de la respuesta humanitaria en la región.
En sus redes sociales, la Fundación Füsun Sayek se despidió del equipo con estas generosas palabras:
«Gracias a todo el extraordinario equipo de Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) por la inestimable ayuda y apoyo que prestaron a nuestra Asociación tras el devastador terremoto…».
En nombre de la Asociación Füsun Sayek para el Desarrollo de la Salud y la Educación, extendemos nuestra más profunda gratitud a cada miembro de su equipo y a todos los que apoyaron entre bastidores. Vuestra bondad, generosidad, dedicación y duro trabajo nos tocó el corazón, recordándonos la bondad del mundo. Gracias de nuevo por vuestro excepcional apoyo y por devolver la esperanza a nuestra comunidad de Arsuz».
Fraternidad- Misiones Humanitarias (FMHI) expresa su profunda gratitud a todos los que contribuyeron al éxito de la Misión de Turquía.