«NO DEJAR A NADIE REZAGADO, TODOS CUENTAN» ES EL LEMA DEL DÍA MUNDIAL DE LA POBLACIÓN 2024

Creado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 11 de julio de 1990, cuando la población de la Tierra alcanzó los 5 billones de habitantes, el Día Mundial de la Población tiene como objetivo reconocer la importancia de las políticas demográficas en el desarrollo socioeconómico de los países y sensibilizar a la opinión pública sobre las diversas temáticas relacionadas con la población.

El lema de este año es No dejes a nadie rezagado, todos cuentan. La Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Dra. Natalia Kanem, en su declaración sobre la fecha, señala: «Para que la humanidad progrese, hay que computar a todas las personas, donde quiera que estén y sean quienes sean, en toda su diversidad. Para acabar con la desigualdad, para encontrar y ampliar la paz y la prosperidad, para tejer más hilos de esperanza, el mundo necesita hacer más por la inclusión. No ser registrado es ser invisibilizado y, en consecuencia, ser desatendido por las políticas y los servicios…»

LOS REFUGIADOS EN CIFRAS

El Día de la Población 2024 propone una pregunta sobre quién sigue sin ser contabilizado y el por qué. En lo que respecta a la población refugiada y migrante, estos datos son fundamentales para satisfacer las necesidades de los refugiados y para planificar las respuestas humanitarias.

Según datos de la ONU, en el 2023 más de 117 millones de personas vivían como refugiados en todo el mundo. De ellos, 560.000 son venezolanos. Brasil acoge a casi diez mil refugiados y migrantes indígenas. En Roraima, por ser la principal puerta de entrada de la migración, muchos de ellos viven en la capital, Boa Vista.

FRATERNIDAD – MISIONES HUMANITARIAS (FMHI) ACOGE A REFUGIADOS 

Queremos destacar, en este contexto, el trabajo transformador realizado por la Fraternidad – Misiones HumanitariasInternacionales (FMHI) junto a las poblaciones indígenas migrantes y refugiadas de Venezuela. Inicialmente, la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) acogió a los refugiados con acciones de emergencia. Después de esta etapa, las acciones de la organización se han centrado en la construcción de soluciones duraderas.

La creación del Centro Cultural y de Formación Indígena(CCFI) en Boa Vista, Roraima, en 2021, es una referencia en la asistencia a la población indígena en lo referente a su subsistencia. El objetivo del CCFI es promover un espacio seguro y pacífico en el que los migrantes indígenas, los refugiados y los grupos étnicos locales tengan la oportunidad de construir una vida más digna. Para ello, el CCFI trabaja para promover la expresión artística y cultural, la capacitación técnica, el aprendizaje del portugués y la preparación para el mercado laboral, así como iniciativas de emprendimientos indígenas.

Con la creación del CCFI, la Fraternidad – MisionesHumanitarias (FMHI) pretende sensibilizar sobre la importancia del apoyo humanitario y la necesidad permanente de esfuerzos para mejorar las condiciones de vida y promover la integración de las poblaciones migrantes y refugiadas entre sí y con la comunidad local.

ACTIVIDADES REALIZADAS EN EL CCFI

Juan Diego, servidor humanitario voluntario de la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI), relata las actividades que se llevan a cabo en el CCFI, tales como capacitaciones, acciones interculturales y emprendimiento. También cita las diversas asociaciones realizadas por la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) con otras organizaciones nacionales e internacionales y destaca el Acuerdo de Cooperación Mutua firmado con la Asociación de Migrantes Indígenas de Roraima (AMIR), por ser una organización creada por los propios indígenas y por su relevancia en la promoción del desarrollo sostenible, la preservación cultural y el fortalecimiento de la autonomía de estas comunidades.

«En lo concerniente a las capacitaciones, la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI) ofrece cursos de idiomas, cuyo objetivo es integrar a los indígenas en la sociedad; cursos de tecnología, que promueven la inclusión digital; y cursos técnicos, que preparan a los indígenas para el mercado laboral.»

En cuanto a la interculturalidad, Juan destaca la Feria Indígena Intercultural, que promueve la integración entre varias etnias y con la sociedad de Boa Vista, así como de otros países. La feria permite a los indígenas vender las artesanías que producen ellos mismos.

Por último, Juan menciona el curso informal para niños y adolescentes indígenas, coordinado por el profesor Alberto Conejero, del pueblo E’ñepa, que se realiza aunando esfuerzos con la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI). Según él, uno de los objetivos del curso es preparar a los alumnos para estudiar en escuelas formales.

EN USO DE LA PALABRA, LOS REFUGIADOS

Entre los indígenas venezolanos refugiados en Boa Vista está Euligio, representante de los pueblos Warao.

Euligio lleva ocho años en la ciudad y comenta la relación entre los pueblos indígenas y las instituciones, ya sean internacionales, nacionales o incluso locales. Para él, falta diálogo entre las partes. «Los representantes indígenas no son invitados a las reuniones con los dirigentes. Simplemente hablan en nuestro nombre. Es muy importante que participemos en la toma de decisiones y en los debates, y también que hablemos de nuestras necesidades», subraya.

Habla de los retos de vivir en otro país. «Es otra cultura. Otra forma de vivir. Es doloroso. Luchamos por nuestros derechos para ofrecer a nuestros hijos algo mejor en el futuro. El idioma lo hace muy difícil. Somos humanos, sentimos dolor cuando nos maltratan, nos discriminan. Hay muchas necesidades, pero seguimos adelante con la fuerza puesta en Dios Todopoderoso».

Como Euligio, Juvencio Gomes Suarez, indígena Pemon Taurepang de la comunidad Ta’rau Paru, dice que no tiene oportunidad de participar en asambleas para tratar temas indígenas. Pide a la comunidad internacional que abra más espacios de conversación. «Así difundiremos información y despertaremos la consciencia a nuestra pueblo. Es lo que queremos», subraya.

En cuanto a sus necesidades primarias, afirma: «Se trata de la vivienda, que ofrezca condiciones para recrear la vida familiar, cultivar alimentos, criar animales y también tener acceso a la educación, la salud y el trabajo. No podemos depender sólo de la ayuda humanitaria, tenemos que empezar a producir para satisfacer nuestras propias necesidades”.

Durante la entrevista, Juvencio habla de la importancia del trabajo realizado por la Fraternidad – Misiones Humanitarias (FMHI), en colaboración con la Asociación de Migrantes Indígenas de Roraima (AMIR), como instrumentos de formación y capacitación de los indígenas.

«En el Día Mundial de la Población quiero dejar unas palabras de agradecimiento, en nombre de mi familia y de otros hermanos y hermanas indígenas, a la nación brasileña. Y decir que podemos contribuir y podemos poner en práctica nuestros conocimientos para ser productivos en la sociedad. Muchas gracias», concluyó Juvencio.